A día de hoy, el Barça no está en disposición de fichar a Bernardo Silva. Es una operación que no puede afrontar por más facilidades que dé el City para que el centrocampista portugués, una vieja aspiración culé, recale en la plantilla azulgrana. La situación económica de la institución catalana no permite el gasto que implica la llegada del internacional portugués. Para que se produzca su incorporación deberían producirse una serie de condiciones que, en estos momentos, están lejos de concretarse.
El Barcelona lleva varias temporadas ambicionando, sin éxito, el alta de Silva, de 29 años. El centrocampista, que puede jugar de mediapunta, extremo derecho, interior, pivote…, también ha mostrado su predisposición de vestir de azulgrana, y, de hecho, según apuntó hoy TV3, el internacional luso se aseguró, en su renovación el verano pasado hasta 2026, que si el Barça se interesaba en sus servicios el City permitiría su salida con el abono fraccionado en tres pagos de los cerca de 58 millones de euros de su cláusula: cada desembolso rondaría los 19.
Pero el Barcelona no puede, a día de hoy, afrontar esa cantidad de dinero por temporada más su ficha. La cifra ascendería a alrededor de 25 millones anuales, sumando el sueldo y la amortización. En estos momentos, es un escenario que la Directiva de Joan Laporta no puede, ni de lejos, asumir. Su realidad choca con sus deseos.
Otras prioridades
Para que la llegada de Bernardo Silva, que este curso disputó con el City de Guardiola 49 partidos y marcó 11 goles y dio 10 asistencias, debería relajarse la agobiante, y frustrante, situación financiera del Barça, ya sea con la entrada de algún inversor (o palanca) o con las ventas de algunos futbolistas importantes, como Ronald Araujo, Frenkie de Jong o Raphinha. De hecho, en estos momentos, la Junta y la Dirección Deportiva están trabajando para poder inscribir no sólo a Hansi Flick, que también debe dar el visto bueno a la llegada del portugués, sino también a Balde, Gavi, Iñigo Martínez y Vitor Roque.